El nombre de cristalomancia deriva de la voz griega kristallos, cristales, y de manteia, adivinación, o sea, el arte de adivinación por medio del cristal.
Antiguamente, para obtener tales presagios, se utilizaban vasos oblicuos, cilíndricos o algunas otras formas de cristal cono cristalitos perforados que se instalaban en un anillo o un alambre. Se suponía que en tales objetos anidaban espíritus que permitían ver en determinadas circunstancias y momentos, lo que el interesado pedía.
También se emplearon cristales de gran tamaño con los mismos resultados, se estima que el cristal es uno de los medios materiales más adecuados para canalizar los efluvios astrales que permiten las vivencias del pasado y el futuro.
El procedimiento cristalomántico más usado hoy en día es la bola de cristal. Solo en paris y sus alrededores existen mas de una decena de adivinos y pitonisas que atribuyen a la bola de cristal un inmenso poder que se pone al servicio de quienes pueden ver en su interior.
Casa de las brujas