Todos tenemos comidas que creemos son especiales, y que nos hacen sentir mejor cuando estamos enfermos o deprimidones. Nada me calienta más rápido que un tazón de sopa o caldo bien caliente en un día frío de invierno - o cuando tengo gripa. Podemos poner a trabajar la magia alrededor de dichas comidas de confort. Si tú, o alguien que amas, tiene gripe, un poco de caldo caliente o té caliente los hará sentir mucho mejor, los mantendrá calientes y evitará que se deshidraten, aunque no quieran comer o beberlo. El caldo de pollo es siempre un favorito. Las tardes frías también gritan por una taza de chocolate caliente. Ponle canela o crema batida hasta arriba, para darle un toque especial mágico. Comparte las comidas y bebidas confortables y sabrosas con tu familia, y esto creará un hechizo protector de calor contra el frío que cada vez crece más. Y en tiempos difíciles. "Las penas con pan son menos".
Por: Boudica