El huevo, a parte de ser nutritivo, tanto interior como exteriormente, tiene una gran cantidad de usos mágicos.
Cuando sientes que las cosas no van bien, te sientes con las energías densas y el ánimo decaído, se puede pasar un huevo desde la cabeza hasta los pies, haciéndolo rodar por todas las partes de nuestro cuerpo, y luego desecharlo por el retrete o en la basura. Hay a quien le gusta echar el huevo en un vaso de agua con sal y así poder comprobar si alguien le "lanzó" un mal deseo, pero yo prefiero no saberlo y simplemente limitarme a limpiar.
Su cáscara puede utilizarse para hacer cascarilla, un polvo que se puede usar como protección, tanto del hogar como del negocio. Esa cascarilla se sopla o se espolvorea en las esquinas, junto a ventanas o puertas, y, de esa forma, ejerce su labor protectora. Si se mezcla con, por ejemplo, sal negra (hace algunas semanas expliqué cómo se hacía), su poder se amplificará mucho más.
También podemos usar su yema en rituales de prosperidad y de apertura de caminos, untando velas o creando baños mágicos, junto a otras hierbas y elementos.
Y, por último, no olvidemos que añadir unas pocas cáscaras en la tierra de nuestras macetas les dará un gran aporte de nutrientes y hará que las plantas luzcan relucientes.
Mis cosas de bruja