Continua sucediendo. Nos obsesionamos con algo. Y es amor que no muere, odio eterno, una opinión, o prejuicio. No podemos dejar de pensar o hablar de ello (o de ella, o de él, o de eso). Y sonamos como un disco rayado. Es hora de dejar ir.
Así que dirígete a la tienda de discos más cercana (donde vendan discos de vinilo) y compra un disco de 78rpm – el más barato que encuentres. Vuelve a tu altar, enciende una vela negra y otra blanca, y dale rienda suelta a tu obsesión por 5 minutos. Obsesiónate con eso que no te deja en paz frente a tu altar. Y entonces di en voz alta y con fuerza:
¡BASTA! Necesito liberar esto, necesito dejarlo ir. Yo necesito ser plenamente consciente. Y Yo rompo con este disco rayado en este instante y para siempre. Ya No Más
En este momento rompe el disco por la mitad, y coloca las piezas sobre tu altar, y despierta a la consciencia plena. Vuélvete atento en el momento presente. Y nunca más permitas que tu obsesión se apodere de ti, ni de tus pensamientos, ni de tu habla. Ahora apaga las velas.
Al día siguiente, enciende las velas otra vez, repite una afirmación positiva que te mantenga en la consciencia plena y en el momento presente, empoderado/a, que sea fuerte y positiva, y rompe las mitades de los discos por la mitad. Re-afirmate en libertad. Vuelve a apagar las velas después de unos minutos de meditación.
Al tercer día, lo mismo. Enciende las velas. Re-afírmate en libertad, en consciencia plena, disfrutando del momento presente, y rompe cada una de las partes por la mitad.
El hechizo normalmente es para tres días. Pero puedes hacer esto por cuantos días sientas necesario, o hasta que las velas se terminen. Tú decide. Cuando hayas terminado (sean 3 días, o 15 días) lleva una pequeña pieza en tu bolsillo, cartera, mochila o bolsa, como recordatorio de tu consciencia plena.
Escrito por Barbara Ardinger
** N.d.T.: Rompa con determinación pero con cuidado porque los discos rotos pueden ser punzo-cortantes. Igual que las obsesiones.