Sabías que...
El cuento de hadas de la Cenicienta se originó como una alegoría anti-eclesiástica contada por las verdaderas "hadas" -eso es los paganos-. Ella era Hel, o Helle, hija de la Madre Tierra, la Diosa cuyos fuegos regenerativos reducían todo a cenizas, porque en inglés Cinder (ceniza) es de donde viene la palabra Cinderella (Cenicienta). Su fea y malvada madrastra simboliza a la nueva iglesia. Sus horribles hermanastras son los feligreses de esta nueva iglesia, la aristocracia militar y los clérigos.
Una versión antigua germánica de la historia decía que la madre real de Cenicienta, la Tierra, aunque estaba muerta, había enviado desde su tumba un hada de los árboles en respuesta a las plegarias de su hija. Este árbol producía manzanas de oro, ropas finas, y otros regalos. Por eso el "hada madrina" de versiones posteriores parecía ser un fantasma de la madre, la desposeída Gran Diosa en su retiro subterráneo.
Embellecida con sus nuevas riquezas, Cenicienta se ganó al "príncipe" (que en la alegoría representa a la humanidad), siempre tan fácilmente impresionable con todo lo que es fino y bello. Su unión era simbolizada con la prueba exitosa del calzado, una alegoría sexual común de la época. En los Misterios Eleusinos representaban el matrimonio sagrado con colocar un objeto fálico en los zapatos de la mujer. La zapatilla de cristal bien puede representar la cueva de cristal a través de la cual los héroes paganos entraban al mundo uterino subterráneo.
Como otras profecías secretas del medievo que hablaban de derrocar a la clase dominante rica, la teocracia poderosa, la caída de la horrible madrastra de Cenicienta y de sus hermanastras simbolizaba un augurio de liberación.
Fuentes:
"The Woman's Encyclopedia of Myths and Secrets" de Barbara G. Walker.
LdS del Templo
Traducción: Templo Dragón