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Templo Dragón

Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Sauco, árbol de Hada

Saúco significa fuego y ese es el nombre de uno de los árbol mas respetado por los celtas.
 
Los Druidas estaban convencido de que dentro de el, en su tronco y en sus ramas habitaban deidades muy poderoso. Genios, sobre todo del Aire. Hadas y los Elfos, regentes de los pensamientos y la creatividad.
 
Jamás se acercaban a él después de que hubiera anochecido y nunca cortaban ni una sola de sus ramas, ni recogían sus bayas ni sus frutos, sin disculparse y sin pedir permiso a esas entidades, ofreciéndoles siempre en trueque frutas o flores de otros árboles depositados a sus pies.
 
La leyenda asegura que muchos de los ritos celtas de matrimonios se realizaban arropados por el Sauco y que las uniones que nacían bajo el amparo de sus ramas resultaban duraderas y felices, porque las Hadas se sentian comprometidas al ser testigos de esa ceremonia, a cuidar de las parejas y no abandonar a aquellos que ellas mismas habían bendecido.
 
Hay constancia de la presencia del Saúco en muchas de las ceremonias celtas. Las mujeres tenían la certeza de que si encomendaban a las deidades que habitan el Saúco sus deseos, estos le serian concedidos. Incluso en las ceremonias mortuorias se plantaba ese árbol en las tumbas para que sus entidades mágicas acompañaran a la persona muerta en su tránsito. Su madera era utilizada para hacer el fuego en los solsticios y únicamente podía recogerse en dos ocasiones del año: En la primera luna Nueva de Agosto o la misma luna de Octubre.
 
Pero tal vez la magia más importante del Saúco está en el elixir que se hace con sus bayas, dejándolas macerar durante siete días de Luna Nueva en una mezcla de alcohol y esencia de eucalipto, y que se utiliza como afrodisíaco de uso externo, haciendo un pequeño masaje en la columna un poco mas debajo de la cintura.
 
Y ya que el Saúco es el árbol de las hadas y que estas potencian la unión de los enamorados, no esta demás que si alguien va a formalizar su relación en una ceremonia, ya sea civil o religiosa, lleve entre las flores del ramo tradicional o entre su ropa una pequeña ramita de ese árbol, para que las hadas se le comprometan…
 
Agosto, de nuevo, es el mes en que el cielo se cubrirá de puntitos brillantes, bajo la atenta mirada de la Luna Llena y de su diosa Ariadna.
 
Hay quien llama a esas extrañas luminarias, lagrimas. Pero en realidad son las Perseidas, los restos de algún pequeño asteroide.
 
Hay una antigua leyenda que habla de las Perseidas como las mensajeras de los dioses y asegura que, si consigues verlas, muchos de tus sueños se harán realidad bajo su influjo.
 
Los expertos dicen que lo más fuerte de esa cortina será visible en muchas partes del mundo y en Galicia, podremos contemplarlas, si estamos atentos en la madrugada del día 13…
 
A mí me encantan estas leyendas. Creo que hay mucho de verdad en ellas.
 
Así que voy a prender una vela blanca con la certeza –sin eso no hay nada- de que comparto con vosotros mis peticiones.
 
El sistema ya lo sabéis, a las Perseidas hay que darles sueños para realizar y para hacerlo bien hemos de poner en marcha nuestra imaginación.
 
Vamos a imaginar.
 
Juntos como tantas otras veces, en tantas otras aventuras.
 
Vamos a soñar juntos.
 
En la noche del 12 al 13 de agosto, acompáñame prendiendo una vela blanca en esa magnifica comunión que tenemos entre todas.
 
No hace falta que me cuentes tus sueños. Solo que los pienses muy fuerte para que los Dioses, las estrellas y el universo entero escuchen.
 
Cuando prenda mi candela en ese momento, pediré que sea una antorcha que guíe los deseos de mi gente, los sueños de mi gente…
 
Tus sueños, por creer en que la magia existe.
 
Autoría: Pedro Néstor Fernández

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