La magia natural es directa y objetiva. A pesar de todo lo que hayas escuchado, la magia no es algo sobrenatural, antinatural o incluso extraño. Está en nuestros propios patios traseros, en nuestros hogares; en la esencia misma de nuestro ser. Las fuerzas de la naturaleza dan poder a la magia, no a los demonios, "Satanás" o los ángeles caídos.
Uno de los mayores misterios de la magia es que no existen misterios. Al contrario, se revelan constantemente a nuestro alrededor. El estudio de un simple capullo de rosa, una brizna de hierba o el soplo del viento a través de las hojas de un árbol revelará tanto, si no más, sobre la verdadera naturaleza de la magia que cien polvorientos tomos renacentistas.
La naturaleza es el universo mismo. No solo sus poderes, sino también sus manifestaciones. Algunas de estas manifestaciones, como los espejos, se producen artificialmente, pero están vinculadas y conectadas a los poderes de la naturaleza a través de su simbolismo.
En nuestra era cada vez más automatizada, muchas personas se encuentran aisladas del planeta que sostiene y mantiene nuestras propias vidas. Se olvida la dependencia real que tenemos de la Tierra. Muchos están rompiendo sus conexiones con la Tierra. Como resultado, este es un período de gran agitación, tanto a nivel individual como global.
La magia terrestre puede ayudar a descubrir, trabajar y resolver muchas de las pequeñas crisis y problemas que actualmente nos afligen como individuos. Ciertamente no es una solución simple a los problemas del mundo, pero puede poner orden en nuestras vidas, y ese es un buen comienzo.
Según el pensamiento de la magia, el cuerpo humano es el "microcosmos" (pequeña representación) de la Tierra, que sería el "macrocosmos". La Tierra es también el microcosmos del Universo. En otras palabras, somos representaciones de la esencia del planeta y, en consecuencia, del Universo. Entonces, cuando nos cambiamos a nosotros mismos, cambiamos la Tierra y el Universo.
La magia es útil cuando trae tales cambios a nuestras vidas y por lo tanto a la Tierra misma, y tales cambios deben ser positivos.
La meta de toda magia, caminos ocultos y religiones místicas es la perfección del ser. Aunque esto puede no lograrse en toda la vida, es muy posible que nos mejoremos. Este acto singular ya hace que la Tierra sea mucho más saludable.
Si practicas alguna magia, ya sea al dibujar un corazón en la arena, contemplar un espejo para prever el futuro, o hacer un nudo para ayudar a un amigo con problemas, ten en cuenta los aspectos más elevados de tu trabajo. Estás mejorando el mundo y ayudando a curarlo de las terribles dolencias que has sufrido en nuestras manos.
Esto es lo que hace que el practicante de la magia natural sea verdaderamente divino.
Fuente: "Magia natural: rituales y encantamientos de la tradición", de Scott Cunningham