Abraham Lincoln dijo: "La mayoría de las personas son tan felices como deciden ser". Y de acuerdo con la ley hermética de la polaridad, felices e infelices - como otros pares de opuestos - son simplemente dos polos de exactamente lo mismo, del mismo continuo. Aunque parezca simplista, podemos visualizar nuestro nivel de felicidad como un interruptor de luz, y podemos tomar la decisión consciente de subirlo, de mantenerlo siempre arriba, encendido.
Cierra los ojos y visualiza lo mejor que puedas, esto es imagina muy fuertemente, que estás mirando tu interruptor de felicidad interior. Si no está completamente hacia arriba en la posición de encendido, tú súbelo, presiónalo hacia arriba y enciéndelo por completo, y ve cómo tu mundo se vuelve más brillante. Abre los ojos y da algunos pasos en el plano físico para aumentar tu felicidad también: deshazte del viejo desorden, disfruta en el difusor de esencias ese aroma que llevas tiempo queriendo estrenar, especialmente una mezcla diseñada o pensada para mejorar el estado de ánimo, trae flores frescas o dona a la caridad (o regala, o incluso tira) cualquier decoración y cualquier cosa en tu espacio que no levante tu ánimo.
Y hoy, cada vez que tengas la oportunidad de sonreír o reír, ¡HÁZLO!
Escrito por su autora, TESS WHITEHURST
Traducido y adaptado por Templo Dragón
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