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Templo Dragón

Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Druidesas

La leyenda ha tomado altos vuelos en esta materia. Se ha escrito que las druidesas debían ser vírgenes, y que, aun casadas, habían de mantener una estricta castidad. Algunos autores antiguos sostienen la fábula de que sólo podían adivinar el porvenir del varón que las violaba. Estrabón las presenta como las sacerdotisas de los sacrificios, inmolando por su propia mano a las víctimas y examinando fríamente sus entrañas para fundamentar los augurios.
 
Se da como cierto que en la isla de Sen existieron una especie de vestales galas dedicadas al culto de la magia y de la profecía. En cuanto a la famosa inscripción de Metz, parece aludir a una corporación de druidesas, paralela a los druidas varones. Pero Mac Culloch y otros autores consideran como posterior y amañada dicha inscripción, en la que se menciona a la druidesa «Avete».
 
Quiere la leyenda que las druidesas vestían de blanco e iban ceñidas con un cinturón de metal. Vivían en las rocas más agrestes y solitarias, azotadas por las olas del océano, y conservaban la virginidad, según algunos, o se entregaban a licenciosos excesos según otros.
 
Pasaje de: Fontrodona, Mariano. “Los celtas y sus mitos.”

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