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Templo Dragón

Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Hekate Enodia: La Guardiana de los Caminos

Santuario de Hekate Propylaia- CoH

 

Enodia ΕΙΝΟΔΙΑ

εἰνοδία

Ενόδια

Ennodia

Enodia (Ella en los caminos) era originalmente una Diosa menor en Tesalia, que más tarde fue identificada con Hekate y tomado su nombre como epíteto también de Artemisa.

Su nombre va acompañado de la definición de “diosa”, apuntando así a que Enodia era una deidad extranjera que llegó a Macedonia, como Dea Siria, la diosa Capadocia Ma, la diosa frigia Nemesis y la Madre de los Dioses

Fue probablemente su rol como guardiana de las puertas (Propylaia) lo que propició la sincretización de ambas diosas hacia el siglo V, pues sugiere que guardaba las entradas y las vías principales hacia las ciudades, casas y santuarios, vigilando a todo quien entrara y protegiendo a los habitantes.

De acuerdo con la arqueóloga Catherine Morgan existe en Grecia, en Feras (Tesalia) vestigios de un templo construido en homenaje a la diosa Enodia en el año 300a.C., Aunque también en esas mismas fundaciones existan rastros que sugieran un templo previo en el siglo VIII aC.

La investigadora afirma que esta divinidad local más tarde fue asociada a Hekate y Deméter. Esta misma divinidad, por sugerencia de su nombre, presenta relación con los caminos cuyos cantos eran considerados como espacios sagrados de sepultura en Tesalia.

Esto implica que la Diosa guarda una relación con el Mundo de los muertos, atributos identificados a la diosa Hekate en el período Clásico.

 

En la misma Tesalia, hay evidencia importante de la Edad de Hierro temprana de dos santuarios principales, el de Enodia / Zeus Thaulios en Feras y el de Athena Itonia en Philia. Enodia es quizás la más característica y mejor conocida de las deidades adoradas allí, extendiéndose, desde finales del siglo V y IV en adelante, a las regiones circundantes, especialmente Macedonia.

El primer santuario probablemente dedicado a Enodia y / o Zeus Thaulios (y de hecho el primer santuario de cualquier tipo aquí) se encuentra inmediatamente al norte de un gran cementerio geométrico y protogeométrico, no lejos del camino principal a Larisa (En la moderna Siria). Tal vez haya sido un cementerio de túmulos y es posible que un montículo fuera demolido para la construcción del primer templo a fines del siglo VI

 

Mas tarde a Hekate se le atribuye por relación, atribuciones sobre las encrucijadas. Por esta razón podemos observar numerosos Hekataion (estatuas triples de Hekate) en encrucijadas de caminos y vías principales alrededor del imperio griego, especialmente en Atenas.

La investigadora Sarah Iles Johnston relaciona a Hekate Enodia con apariciones de los espíritus por la noche, correspondencia que se sustenta en el tratado de la enfermedad sagrada por la escuela de medicina hipocrática en el siglo V a. C.

Al tratar el epíteto de Hekate como Enodia, nos llama la atención la conexión con la magia y las hierbas que ostentaban las mujeres de Tesalia, así como Johnston destaca el relato de Polyaenus (orador macedonio que vivió en Roma, II dC) en su obra sobre una princesa tesaliana, sacerdotisa de Hekate Enodia, experta en el conocimiento y aplicación de drogas en la época de las migraciones jonias hacia Asia Menor.

 

Asociada con el inframundo y también con los caminos (una conexión lógica dada la ubicación común en el camino de los cementerios de Tesalia, que recordamos, se encontraban en las lindes de las calzadas) podemos ver claramente la manera en la que se relaciona con nuestra amada Hekate, y sea posiblemente una de las explicaciones para sus atributos.

Al carecer de evidencia de la naturaleza primitiva de Enodia, no podemos decir cuál de las dos diosas contribuyó con las muchas características que comparten, pero dada la asociación de larga data de Tesalia con las drogas, en el sentido enteógeno, ritual y médico así como con la práctica de la magia y la brujería, es lógico suponer que el papel de Hekate como patrona de los practicantes de magia se origina aquí.

El interés de Hekate en la hechicería se atestigua primero en Rizotomoi de Sófocles (fr. 534 TrGF), en cuya obra es invocada por las mujeres de Tesalia cuando recogían hierbas poderosas

En Alta macedonia, deidades femeninas con atributos similares a Hekate Enodia, se encontraban entre las deidades tradicionales con un carácter Apotropaico, como Plutón.

Hubo un santuario de Enodia en Exochi en Eordaia el cual estuvo activo a partir de la segunda mitad del sigloII, A.C, la fecha de la evidencia más temprana, hasta el período romano.

La ciudad moderna de Exochi ha sido abandonada por sus habitantes, pero aun así, o quizás en consecuencia, numerosos restos arquitectónicos, estelas de relieve, inscripciones y monedas de este santuario de Enodia que debió haber estado cerca del pie occidental del Monte Vermion, han sido descubiertas y se han recolectado desde 1959.

La Diosa Enodia fue adorada probablemente en conjunto con Zeus Meilichios en el santuario de Exochi del período helenístico, como atestigua la estatuilla de Zeus Meilichios y una serpiente enrollada.

Es posible que Dea Siria también fuera venerada en el mismo lugar ya que se encontraron dos relieves votivos de mármol de los siglos II y III que representan a la diosa del sitio del santuario. Ambos están ahora en la Colección arqueológica de Kozani

Los restos arqueológicos llevan a la conclusión de que este santuario tenía un pequeño templo, al menos durante la época romana. Su desacralización ocurrió en la Antigüedad tardía y es probablemente atribuible a los seguidores del cristianismo.

La zona posteriormente fue cubierta con Tierra fértil para permitir el cultivo. Los descubrimientos que provienen de Exochi que podrían estar relacionados con este santuario se comprenden de miembros arquitectónicos inscritos, relieves votivos inscritos y no inscritos y estelas.

Enodia en la Alta Macedonia desde el helenismo hasta el período romano tardío se representa en relieves votivos de mármol de principios del siglo III dC como por ejemplo uno del área sur de la iglesia cristiana de San Paraskevi en Elimeia (ahora el pueblo Hagia Paraskevi).

Los incensarios eran ofertas frecuentes a Enodia, como evidencia el incensario de mármol inscrito, el cual fue una ofrenda votiva por Zosas a Enodia de Exochi que data del siglo II y III Otra ofrenda votiva de este santuario es el relieve de mármol inscrito de la segunda mitad del siglo II dC, una ofrenda votiva de Ma (Μα [ςενάνδρου), ahora en la Colección arqueológica de Kozani.

Las ofrendas votivas del santuario se complementan hoy con una serie de relieves de mármol en la colección arqueológica de Kozani y reflejan un tipo iconográfico común de Enodia que parece haber sido utilizado en las representaciones de ofrendas votivas desde el segundo hasta el tercer cuarto del siglo III después de la Era común.

Los actos de manumisión se han rastreado debido a vestigios arquitectónicos de dicho santuario. Indultos de esclavos en honor a Enodia son atestiguadas solo en su santuario en Exochi.

De vuelta en la grecia clásica, a Hekate se la relacionaba frecuentemente en el panteón griego a Artemisa. Como ya hemos visto, comparten atribuciones, epítetos y funciones varias. Esquilo (Sup. 676-77), por ejemplo, describió a Artemis-Hekate como guardiana de las mujeres en trabajo de parto. Una importante versión arcaica del mito de Ifigenia (relatada por Stesícoro) sostenía que cuando Artemisa exigía su sacrificio, la heroína se transformaba en Hécate o Artemisa-Hecate.

En algún momento antes del siglo V, Hekate sincretizò totalmente a la Diosa Enodia y comenzó a usar su nombre como epíteto. En el Catálogo atribuido a Hesíodo nos encontramos con referencias a Artemisa Enodia e, incluso, a Artemisa Hécate. Artemisa utiliza también los perros, pero de manera distinta de Hekate, como perros de caza, como podemos ver, por ejemplo, en el mito de la muerte de Acteon atacado por sus propios animales

Hasta tal punto han llegado a identificarse ambas divinidades, que Marija Gimbutas habló abiertamente de una diosa Artemis-Hécate, que habría tenido su origen en Asia, como pótnia théron y se habría fusionado con la hermana de Apolo al incorporarse en el mundo griego dando lugar a una divinidad de carácter dual, símbolo de vida y de muerte, de las potencias creadoras y destructivas de la naturaleza.

Mazon y Kraus discrepan sobre el origen de Hekate en sí misma. Mientras que para el primero estaríamos hablando de dos diosas de diferente tipo, una pótnia theron asociada a los reyes y el ejercicio de la justicia, que constituye la mezcla de un producto estrictamente beocio, que podría tener, según vimos al principio del artículo un origen incluso indoeuropeo, para Kraus son paralelas y traza una historia de su culto por la que desde su Caria originaria habría entrado en Grecia a través de tracia –asociada con la diosa cazadora Bendis y con Zerintia, divinidad de componente orgiástico y diferentes estratos- hasta llegar a Tesalia, donde su culto se desarrollaría con vigor en Feras. Aquí, según Kraus, finalmente se habría unido a la diosa Enodia.

Otro autor, Philippson, también sigue la pista tesalia, pero para él no solo se unió a Enodia, sino también a Ferea, a la que se representaba cabalgando con corona de mirto y portando una antorcha adquiriendo así su aspecto fantasmal. En la cosmogonía de Tesalia, diferente a la hesiódica, Hécate se une en matrimonio a Poseidón.

Enodia también funcionó, como Hekate, como guardiana de casas privadas y protectora de niños. Los tesalios del siglo quinto establecen pequeñas estatuas de la diosa delante o dentro de las casas, pidiéndole ayuda “por el bien de un niño” de la misma manera en que vemos los santuarios domésticos a Hekate en Atenas. Luciano (Navigium 15) describe un grupo de personajes que navegan hacia Aigina para participar en “los ritos de Enodia”. El diálogo tiene lugar en el camino a El Pireo. Lykinos sueña con ser dueño de una gran nave: “Además, anteayer navegamos hacia Aigina para el telete de Enodia, ya sabes, en un pequeño bote, todos los amigos juntos con cuatro oboles cada uno”.

Este epíteto y otros que se refieren a los caminos describen una creencia común de que era propicio que Hekate se apareciera en las intersecciones de tres caminos. Sin embargo los dos epítetos deben distinguirse.

Enodia parece estar asociada con los ritos de Hekate realizados en triodoi y allí, en las intersecciones de tres caminos, ella no tendría nada que proteger (por ejemplo, un templo o una casa) o evitar el mal. Triodoi sería él mismo el lugar del mal y de los daimones. En tales lugares, el personaje infernal de Hekate era el más prominente.La palabra “telete” utilizada en Lucian es indicativa. En singular, se usa para describir “ritos misteriosos” específicamente lo que conocemos como iniciaciones.

Pausanias usa la misma palabra en su relato de la adoración de Hekate en Aigina:”De los dioses, los Aiginetanos la mayoría adoran a Hekate, en cuyo honor cada año celebran ritos místicos (τελετη) que, dicen, Orfeo el Tracio estableció entre ellos. Dentro del recinto hay un templo; su imagen de culto (ξόανον) es obra de Myron, y tiene una cara y un cuerpo.” (Trans. W. II. S. Jones).

Libanius, escribiendo en el siglo IV AC, habla de los orgiai de Hekate y de las bandas de adoradores, thiasoi, y, Orígenes en “Contra Celsum” menciona a los iniciados (myomenoi) en los ritos de Hekate en Aigina. Toda esta evidencia romana muestra que en ese período fue un culto misterico.

Podemos formular hipótesis a partir de la referencia en Pausanias a Orfeo como el fundador de la telete de la clase de misterios que guarbada el culto y de la descripción de Luciano de Hekate como Enodia.

Los misterios de Hekate en Aigina pueden haber sido de carácter órfico. De hecho el primer epíteto en ser cantado en el Himno Orfico a Hekate es precisamente el de Enodia. La referencia anterior a Orfeo el Tracio posiblemente apunta a los ritos órficos y una de las principales preocupaciones de los ritos órficos era la vida futura y el destino de un individuo después de la muerte y como en otros cultos de misterio, era el destino de un individuo y no de la comunidad lo que era el foco de la actividad ritual.

El estudio de los muchos epítetos de la diosa Hekate es indispensable y absolutamente relevante a su formación identitaria, debido al misterio que envuelve sus orígenes, como la ausencia de una narrativa mítica propia, anterior o perteneciente al período Clásico, donde la divinidad es el personaje principal.

El título de Enodia (en el camino) confiere a Hekate la calidad de Señora De los Caminos, protectora de aquellos que por ellos siguen y protectora de los viajeros, vivos o muertos.

 

 

Gio Díaz

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