A medida que nos acercamos a la mitad oscura del año, muchas personas recurren a los trabajos espirituales internos.
Una forma de hacerlo es echar un vistazo a nuestras relaciones, todas ellas, no sólo la relación romántica. Y hay que analizar cuidadosamente cómo están trabajando las cosas. ¿Tienes relaciones difíciles o complicadas con algunas personas? ¿Qué es lo que inviertes en esas relaciones, qué aportas tú?, y ¿qué obtienes tú de estas relaciones? ¿Son relaciones unilaterales? ¿Conviene a tus mejores intereses personales el continuar con estas relaciones, o es mejor terminar cordialmente con ellas? Toma un baño de limpieza y relajante, añade unas gotas de aceites esenciales, enciende incienso preferentemente de mirra. Repasa mentalmente una lista de los pros y los contras de cada relación cuestionable. ¿Se puede salvar una buena relación? Trabaja en ello. ¿Es una relación que ya está más allá de cualquier salvación o reparación?
Di adiós con este baño de limpieza: Y luego di adiós en persona también. Respetuosamente. Cordialmente. Humanamente. Con tranquilidad, honestidad y con fraternidad y respeto. Suelta y di adiós. Despídete. No te sientas culpable por pensar en ti mismo; recuerda que las malas relaciones pueden ser destructivas, tóxicas y nocivas. Debemos poner fin a estas situaciones antes de llegar al punto de No-Retorno.
ESCRITO POR KERRI CONNOR