- Llena almohadas y muñecos curativos con las hojas de eucalipto.
- Rodea velas azules con hojas de eucalipto y quémalas para producir vibraciones curativas.
- Cuelga una rama con hojas sobre el lecho o cuarto del enfermo, o pon unas cuantas hojas a las flores enviadas a la persona afligida.
- Ensarta vainas inmaduras (verdes) y ponlas alrededor del cuello para curar resfriados y el dolor de garganta.
Fuente: Herbalismo mágico. Scott Cunningham.