Las mareas del mundo espiritual se reflejan en el mundo verde porque en realidad los dos son uno. El mundo de raíz, piedra y garra son la manifestación física de una corriente más sutil. Samhain es el momento perfecto para dirigir nuestra atención al Poison Garden, Devil's Acre; esos lugares olvidados y abandonados. Plantas que llevan veneno y espinas en lugar de frutos y flores. Como todas las cosas más estrechamente alineadas con el Camino Torcido de la Bruja, las malas hierbas del Jardín de las Brujas están en plena forma en Samhain. Las bayas de Deadly Nightshade están maduras y lucen como cientos de ojos negros. Las precarias vainas de semillas de la Trompeta del Diablo se parten en su apariencia, derramando cientos y cientos de semillas que contienen tanto el potencial de vida como de muerte. El beleño se ha secado; sus pequeños calderos se han vaciado y ahora están en el altar esperando ser llenados con los espíritus de los muertos. Las zarzas arqueadas de zarzamora, cuyas bayas marcadas por cascos se han contaminado con la oscuridad, permanecen centinelas.
Las hierbas de brujería de la brujería del viejo mundo se adaptan perfectamente a esta época del año, sus oscuros talentos y su naturaleza voluble se aprovechan. Su reino está debajo. El reino de los muertos. Estas plantas dan voz a los muertos y abren nuestros ojos para que podamos verlos con mayor claridad. Son las hierbas brujas por excelencia del Camino del Veneno, y son buscadas por aquellos que desean no solo acercarse al Otro, sino caminar entre ellos. Plantas como Belladonna, Wolfsbane y otras están bajo el dominio de las Deidades del Inframundo y la oscuridad. Son ofrendas adecuadas para quienes habitan en las profundidades más profundas de la Tierra.
Los espíritus con los que trabajamos más de cerca y con regularidad nos dejan su Marca, como lo hacemos con ellos. Aquellos que trabajan íntimamente con este tipo de plantas de manera regular reconocerán la conexión entre la naturaleza de estas plantas y el espíritu de Samhain.
Autor: COBY M. WARD