La versión sobre el origen de la palabra, aceptada actualmente por los propios practicantes de magia, sostiene que la palabra «grimorio» proviene del italianorimario que significa “composición de versos”. Con el paso del tiempo la palabra habría cambiado a grimario y posteriormente a la actual grimorio. Los magos medievales sabían que la composición en versos favorecía a que las operaciones mágicas fueran más poderosas. Por esta razón, las llamaban “incantesimo” (encantamiento) porque para su desarrollo empleaban la poesía y el canto.
En la antigüedad el conocimiento se legaba de generación en generación oralmente, y fue hasta el nacimiento de la escritura cuando comenzamos a observar en todas las culturas el nacimiento de grimorios.
Muchos de ellos fueron destruidos por ser consideradas obras de herejía en tiempos de la inquisición, afortunadamente muchas otras notables obras lograron sobrevivir brindándonos en la actualidad una visión del pensamiento mágico de nuestros antepasados y su funcionamiento entre ellas “Las Clavículas de Salomón”, encontrado aproximadamente hace unos 2.000 años en Medio Oriente, el cual incluye hechizos, invocaciones, sellos y técnicas para invocar entidades y espíritus con diversos fines.
Otro ejemplo destacado es el “Libro de la sagrada magia de AbraMelín el mago” célebre grimorio antiguo que cuenta la historia de un mago egipcio llamado Abramelín que enseña sus secretos a Abraham de Worms, un judío que vivió entre 1362 y 1458, y que posteriormente transmitió a su hijo Lamech, que contenía información acerca de magia ceremonial, rituales e invocaciones, manuscrito fechado en el siglo XVII.
Gardner fue quien luego de leer un articulo de Bashir Mir comenzó a utilizar el término de "Libro de las Sombras" para referirse a los compendios de escritos mágicos.
Sobran historias de encantamiento para que nadie ajeno pueda leerlos, y debido a la persecusión de brujas es que se escondían celosamente.
Fuente "Witch's poisoned Apple"