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Templo Dragón

Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Contemplar las aguas

El agua nos ha fascinado durante siglos. Es una necesidad vital de la vida, por tanto, su carácter sagrado se debe en parte a la dependencia. El agua
nos sustenta; por ello, las gentes de antes la veían como divina.
 
La magia del Agua celebra su naturaleza misteriosa y dadora de vida en diversas adivinaciones, hechizos y rituales. He aquí algunos de ellos.
 
CONTEMPLAR EL AGUA
Una de las formas más placenteras, relajadas y antiguas de adivinación es contemplar el agua. Aunque casi todos están familiarizados con la práctica de contemplar el cristal, parece que pocos conocen a su antecesor.
 
Hay tres formas básicas. Todas usan la misma técnica, pero diferentes puntos focales. Éstas son:
 
1. Contemplar agua corriente, como la de un arroyo o una ribera.
2. Contemplar el rielar del Sol sobre la superficie de un lago o el océano.
3. Contemplar los reflejos causados por el Sol en el agua, como en los lados de un bote o barco, una estructura cercana, o cualquier objeto próximo.
 
 
Puede ser necesario investigar un poco para encontrar un sitio ideal, y en un caso extremo una piscina puede sustituir la última forma, pero una vez encontrado está vencida la mayor dificultad.
 
Encuentra un lugar cómodo para sentarte. Relájate, aquieta tu mente de los miles y miles de pensamientos que pasan a través de ella en cada segundo. Suavemente, con los
párpados relajados, pero no muy cerrados, contempla el agua, o los resplandores del Sol danzando como diamantes, o los reflejos del agua.
 
Deja que se desvanezcan tus pensamientos. Si necesitas una respuesta a una pregunta específica, una vez que has logrado este estado adormecido formula la pregunta mientras sigues contemplando. Si no viene ninguna respuesta inmediatamente a la mente (y ten cuidado con los trucos de la mente consciente, que puede enviar respuestas
para satisfacer tus deseos) déjalo y prueba de nuevo dentro de unos minutos.
 
Si estás inquiriendo sobre un amigo ausente, o un artículo perdido, visualiza la persona o el objeto en la mente, deja que la imagen se disuelva, y observa lo que viene a ocupar su lugar en tu ojo mental.
 
Sin embargo, si no tienes ningún propósito especial al contemplar el agua, siéntate en silencio y espera hasta que los sentimientos, las emociones, los símbolos, o los cuadros
se pinten por sí mismos ante tus ojos, ayudados por el agua misteriosa siempre en movimiento.
 
Aunque suele ser necesaria un poco de práctica antes de que se perciban mensajes o imágenes, una vez adquirida la habilidad la tendrás para siempre.
 
Yo he pasado horas sentado en un punto que sobresale sobre el océano Pacífico, contemplando los destellos del Sol en el espacia azul turquino.
 
También he contemplado el agua desde el final de los muelles, en los muros cerca de una piscina exterior, en una fuente en un parque público, un charco en medio de la acera, incluso en la bañera mientras el Sol lucía a través de una ventana y enviaba reflejos salpicando locamente las paredes enlosadas.
 
Una precaución: los reflejos muy brillantes pueden ser dañinos para tus ojos. Si no puedes mirar los resplandores durante más de unos segundos sin parpadear, no intentes
la contemplación del agua. Espera hasta que sea más suave la luz del Sol. 
 
 
Scott Cunningham, El poder de la tierra
 

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