Debajo de los dedos y en diferentes lugares de la palma se levantan áreas carnosas que se conocen como montes.
Los montes compartes atributos de los dedos
por lo cual es importante tenerlo en cuenta al evaluar los efectos de una línea que empieza o termina en un monte. Por ejemplo, una línea de la cabeza (mentalidad y forma de razonar) que comience debajo del dedo índice reflejará una mente autoritaria y ambiciosa y una persona poderosa y persuasiva, que confía en sus ideas y habitualmente asume ideales elevados.
El monte de la Luna
En él residen el campo de la imaginación, la memoria del pasado, la intuición psíquica y los mundos de fantasía misteriosos. Según la quiromántica Lori Reid, en el monte de la Luna gobierna nuestras «impresiones subconscientes y pulsiones inconscientes, los instintos y la imaginación». Si el monte es grande, nuestro instinto creativo es poderoso, así como nuestra sensibilidad y receptividad. Cuando es rosado, podemos encontrar un número de experiencias intuitivas elevado y tener la oportunidad de aventurarnos en la exploración de los fenómenos psíquicos. Un monte de la Luna elevado o una línea de la cabeza curva que se adentra en el monte indicará los siguientes rasgos de personalidad: imaginación, misticismo, impresionabilidad, susceptibilidad y escapismo.
El monte de Marte bajo
Cuando este monte es carnoso, indica que se trata de una persona provocadora que supone un desafío tanto verbal como físico.
El monte de Venus
El monte de Venus muestra nuestra calidez física en una relación. Cuando el monte es acolchado, pronunciado o se adentra en la palma, expresamos calidez y vitalidad, además de un fuerte apetito por la vida (y la comida, la bebida y el sexo). Cuando es dominante, ofrecemos grandes porciones de amor y comprensión y queremos ser correspondidos. Si esta zona es rojiza, añadirá fuerza a nuestra pasión.
Además, el monte de Venus se eleva cuando florece una nueva relación. Cuando el monte es estrecho (la línea de la vida no se adentra del todo en la mano) o plano, necesitamos desarrollar más energía y calidez en nuestras vidas en lugar de esperar sencillamente que otros nos las proporcionen. Un monte de Venus elevado o que se extiende hacia el interior de la palma de la mano (lo suficiente para alcanzar la zona debajo del dedo corazón) dominará nuestra personalidad, y añadirá las siguientes características a nuestro carácter psicológico: alegría de vivir, pasión, sensualidad, extrema indulgencia.
Monte de Júpiter
Se halla en la raíz del dedo índice. Su grado de desarrollo se cree que indica el grado de ambición, fuerza, vitalidad y orgullo que caracteriza a la persona, así como de su propensión a caer en la precipitación y en la superstición. Representa el sentido de una autoridad y la autoestima. Con una forma suavemente redondeada es una persona con seguridad de si mismo; si se extiende a lo ancho es una persona sociable y generosa; si se alarga hacia los otros montes es una persona ambiciosa y muy autoritaria.
Refleja la ambición humana, el orgullo, la religiosidad, la nobleza; honores y éxitos sociales, el poder, la autoridad y el mando. A este planeta se le conoce como "el benéfico o protector". Júpiter y su monte se relacionan con el hígado.
Monte de Saturno
Se halla en la raíz del dedo medio. Nos señala los aspectos internos de la personalidad. Su grado de desarrollo se cree que indica el grado de seriedad, prudencia y paciencia que caracteriza a la persona, así como de su tendencia a caer en la timidez, la depresión, la tristeza y la soledad. Se asocia con el sentido de la responsabilidad. Es preferible que se encuentre poco desarrollado, ya que si es prominente indica una persona depresiva, por el contrario si es poco prominente o pequeño indica una persona con sentido común y amor por la filosofía.
Representa la prudencia, la duda, la reflexión, la fatalidad y la sabiduría. También refleja la atracción y aptitud para el ejercicio de las ciencias ocultas. Tristeza y depresiones anímicas. Normalmente, el destino de los humanos acaba sobre este monte, por eso toma el nombre de él: línea del Destino o de Saturno. Saturno y su monte se relacionan con el bazo
Monte del Sol o de Apolo
Se encuentra debajo del dedo anular, además de la forma de ser del individuo nos marca la suerte que tendrá a lo largo de su vida. Simboliza la buena o mala suerte en la vida. Los ideales, la justicia, el bienestar económico. Amor a las artes, creatividad, talento e ingenio. Este monte, como el de Venus, es básico, por ejemplo, para la inspiración y realización de los artistas.
Su grado de desarrollo se cree que indica el grado de idealismo, de sensibilidad artística y de amor por las comodidades, el lujo y el exhibicionismo social de la persona. Se asocia con la creatividad, la apreciación artística. El Sol y su monte de la mano tienen relación con el corazón.
Monte de Mercurio
Está debajo del dedo meñique nos va a indicar que tanto comunicativa y social es ésta persona. Se vincula la capacidad científica: Ciencias morales, sociales, naturales, química, medicina, con el comercio y la industria. También se encuentran en él el robo, la dualidad de carácter, el espíritu selecto, el engaño, la astucia y la elocuencia.
Su grado de desarrollo se cree que indica el grado de elegancia, atractivo y de sensibilidad para los negocios, aunque se cree que un desarrollo excesivo conduce al orgullo, la maldad y el espíritu delictivo; cuando es carnoso, es una persona cálida y receptiva, pero por el contrario si esta poco desarrollado denota falta de interés por los demás, Si el monte es demasiado grande indica locuacidad. Mercurio y su monte se relacionan con los pulmones
Las principales líneas de la mano
la línea de la vida mide la alegría de vivir, la energía y la pasión por la vida similar al elemento de fuego. La línea de la cabeza nos habla de nuestra aptitud para comunicarnos y tomar decisiones, y se corresponde con la racionalidad del aire. La emotividad de la línea del corazón se refleja en el elemento del agua. Finalmente, la línea del destino está íntimamente relacionado con la tierra y la ética de ese elemento: el deseo de responsabilidad y rutina.
La clave para entender las líneas
Las líneas principales de nuestras manos representan nuestra energía física, mental, emocional y sexual. Deben examinarse su trazo, color y profundidad, además de su ausencia o interrupciones.
Una línea del corazón fuerte revela un caldo de cultivo para las emociones y advierte que las relaciones y el sexo dominan los pensamientos y las acciones.
• Una línea del corazón débil delata una dificultad presente para expresar afecto.
• Cuando la línea de la vida es dominante, indica una necesidad de disfrutar de la vida hasta el límite pero los niveles de energía pueden ser erráticos.
• Cuando la línea de la vida es difusa, revela falta de iniciativa.
• Una línea de la cabeza muy conspicua indica que podemos ofrecer excelentes resultados en el trabajo debido a nuestra excepcional capacidad de atención y concentración, o puede indicar estrés a causa del empeño en salvar una situación imposible.
• Cuando la línea de la cabeza es difusa, estamos utilizando de una forma limitada nuestras habilidades tanto pedagógicas como analíticas en el trabajo.
• Cuando la línea del destino es la predominante, nos impulsan o detienen responsabilidades como ser el proveedor en casa o la necesidad de trabajar con mucha intensidad. A menudo eso ocurre a expensas de sacrificar otras facetas de nuestra vida.
• Cuando la línea del destino es difusa, indica que no estamos motivados para triunfar ante los ojos del mundo o bien tendemos a evitar la rutina y las obligaciones.
Líneas dobles
La duplicación de una línea o dos líneas separadas sugiere dualidad e incrementa la importancia de la línea.
• Dos líneas de la vida (no la línea de Marte, que aparece habitualmente, más corta y difusa, aumentan la energía y el espíritu luchador.
• Dos líneas de la cabeza sugieren gran destreza mental y una profunda división entre el yo público y el privado
• Dos líneas del corazón aumentan la sensibilidad emocional.
• Dos líneas del destino que discurren conjuntamente indican la presencia de dos áreas (o trabajos) que demandan nuestras energías y duplican las responsabilidades (como paternidad y trabajo).
Circe, Las Brujas y el Reflejo de su Centurión