La estación de la Anciana, la Bruja, la mujer coronada
En el antiguo paganismo, la palabra Crone denotaba a una suma sacerdotisa o matriarca tribal, una palabra afín es "corona", el símbolo de una lideresa. La palabra se hizo peyorativa cuando la Iglesia cristiana redefinió a todas las sumas sacerdotisas de la antigua religión como brujas malévolas.
Del mismo modo, la palabra "bruja" derivó del griego hagia - mujer santa- y también se convirtió en un término cristianizado para una bruja.
La divina Anciana era originalmente una parte de la diosa trinitaria, que aparecía en forma de Doncella, Madre y Anciana, asociada con las tres fases de la vida de la mujer, las tres fases de la luna y los ciclos anuales de la naturaleza.
Vista como una deidad del inframundo que se preocupaba por los muertos, la Diosa Anciana gobernaba los festivales de otoño de la cosecha, cuando los espíritus de los antepasados muertos podían visitar a sus descendientes y compartir la fiesta de la cosecha. [...]
El cráneo era un símbolo importante de la divina Anciana (Crone), a menudo era concebido como su verdadero rostro, velado como el cráneo de todos por la máscara de carne.
Normalmente, ella estaba escondida también detrás de un velo negro. Varias tradiciones afirman que podrías ver su verdadero rostro en los momentos finales de la vida, no como en un vidrio oscuro sino cara a cara. [...]
El que ella era traedora de muerte y dadora de vida es indiscutible. Algunas formas del caldero parecen haber acompañado la mayor parte de las figuras mitológicas de la Anciana:
"El caldero representaba el parto, la crianza, la destrucción y la muerte, la redistribución cíclica yendo para siempre en una escala global, incluyendo todo, desde las bacterias hasta los organismos más grandes."
El caldero simboliza la idea de que así como el pensamiento es inseparable de cerebro, del mismo modo el espíritu es inseparable del cuerpo: el uno es una función del otro. [...]
En el caldero de la Anciana, el "alma" se vuelve sinónimo de "fuerza de vida", característica de todos los organismos en lugar de propiedad exclusiva de los seres humanos. La materia era una con su creadora y su derivado lingüístico, Mater, Madre, el material para todo.[...]
La idea de la Diosa Crone subyace en todos esos símbolos de como el sabio búho, el gato negro, el fantasma ancestral, una brillante cráneo-linterna, la máscara y el disfraz, los regalos de golosinas para los niños, los fuegos sagrados y la fiesta de la cosecha. [...]
La Anciana nos recuerda que la religión inducida por miedo a la muerte desperdicia nuestros poderes, mientras que el reconocimiento honesto de que la vida debe terminar puede ser el mejor incentivo para el verdadero disfrute de estar vivo.
Fragmentos del capítulo "Halloween: The season of the Crone", del libro Man made God, escrito por Barbara G. Walker.