Los antiguos celtas tenían la creencia de que los gatos pueden captar lo que el ojo humano no puede alcanzar a ver y que perciben informaciones de otros niveles que los seres racionales somos incapaces de entender Estaban convencidos de que estos animales felinos se relacionan con los elementos de la naturaleza, sobre todo con el aire y las entidades que lo habitan como las hadas y los elfos y de ahí que los convirtieran en el símbolo del misterio, de la intuición y de lo sobrenatural.
Cuenta la leyenda que la diosa de la Luna, Ariadna, utiliza a los gatos para enviar los mensajes a los humanos y por eso cuando un gato aparece en nuestras vidas y de manera insistente intenta participar en ella, casi siempre en momento de dificultades, e insiste en quedarse en nuestro entorno, hay que hacerle sitio, es posible que traiga mensajes que nos ayuden a cambiar nuestro rumbo y reajustar todo lo que esta mal en el.
Aseguran que el gato es un renovador natural de energía. Allí donde vive un gato, la energía negativa no se instala por que el la cambia, la trasmuta en positiva de manera instintiva, equilibrando las fuerzas de los lugares por donde ellos pasan.
Para muchas personas el gato es como un amuleto. Aseguran que épocas muy malas se han resuelto cuando un gato se instalo en la casa y es posible que sea cierto, que la diosa Ariadna, su dueña, procure que nada falte en los hogares que alojan a sus emisarios.
Para aquellas personas que, por sus circunstancias no puedan tener en sus hogares un gato, pueden tener su símbolo. Un dibujo, una figura, algo que lo represente. Sin olvidar que es el puente hacia una de las Diosas mas importantes del Olimpo Celta la diosa Ariadna, la Rueda de Plata, la Señora de la Luna…
Autor Desconocido