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Templo Dragón

Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Awen

Hablar de la Awen, su significado y si acaso su traducción al español, es sin duda lo más superficial con lo que podríamos iniciar el presente escrito.
La Awen se puede intentar explicar, y a tal efecto podríamos describirla como un flujo divino que te anega. La expresión del vocablo Awen fue también empleada por los bardos de antaño para denominar aquellos estados en los que se accedía por diversos medios, al trance creativo.
Oteando todas las culturas paganas que han existido y existen por Europa y Occidente, fue desde el druidismo por donde surgió con toda la amplitud que abarca este concepto e incluso no como conjetura de un aislado pensador o su escuela, sino como teoría y práctica aplicada a una capa creciente de la población. En este caso del pueblo celta. Lo cual lo hace muy particular dentro de esta filosofía tal y cual se entiende hoy en día.
Awen, es la inspiración que nos llega y nos permite convivir con todo el universo en total y completa armonía. Posteriormente, muchas variantes paganas actuales han adoptado esta noción. Sin embargo en otras corrientes filosóficas del planeta, existieron algunos paralelismos con Awen.
Profundamente enraizado este concepto entre los celtas, fueron sus mejores frutos los de la inspiración de los antiguos bardos, aunque ciertamente no fueron los únicos en sentirla y expresarla y merced a ellos nos han llenado un poco más los espacios en blanco que tenemos sobre los conocimientos y espiritualidad de los druidas de antaño: Sus creencias y en qué las basaban, en lo que interactuaban y dónde, en lo que investigaban y para qué, lo que amaban y porqué, lo que creían y a causa de qué, lo que practicaban, con qué y por medio de qué.
Pero lo interesante del concepto de este, " Manado Espíritu " es que además de llegar como flujo a los seres humanos, también puede residir y expresarse en el reino animal, en el reino de los minerales, y en todas las fuerzas de la Naturaleza.
La Awen no es un dios o diosa, como algunos afirman. Awen es el espíritu de la inspiración, esta Inspiración no es algo que se aplique tan solo a componer poesías en versos rítmicos, sino una repentina llama de clarividencia que inflama con pensamientos de frenesí a las mentes humanas y les concede intuición, un rayo de delirio que resquebraja el desaliento de los momentos temerosos. Es la facilidad de elocuencia y retórica sumado a la energía en medio de la batalla.
El Awen es lo que le permite a los bardos improvisar versos agudos en medio de una canción, pero La Awen también se puede alcanzar además de en la música o poesía, a través de la meditación, del amor o del valor, y puede ser un regalo de la Divina Fuente de la que emana, como lo es El Universo entero a través de una de sus emanaciones que nos la insufla: Brighid.
Pero sin duda lo más profundo y seductor es sentirla y cuando se siente, entonces no es necesaria ninguna descripción, pues se sabe definitivamente lo que es y nos hace sentir La Awen.
Aunque alguién no tenga la habilidad para expresarla con palabras, puede exteriorizarla y proclamarla con un desenlace en sus diversas facetas. No en balde, la manifestación de ella, abraza en amplio abanico de posibilidades y aptitudes. Una vez más, decimos que la experiencia propia vale más que 100 descripciones.
Todo y así intentaremos expresar en este escrito las diferentes sensaciones e incluso descripciones, como muchos de nosotros, como seguidores de esta filosofía que nos rejuvenece día a día, la ha pensado o experimentado cuando ésta cala en lo más hondo de nuestros espíritus. Intentaremos definir con palabras, esta hermosa percepción. Pero volvemos a insistir en que ejemplos prácticos y expresiones de ella, lo explican mejor que todas las descripciones.
La Awen como espíritu fluido que nos inunda, es un concepto druídico también de exploración. Exploramos, indagamos en el druidismo y obtenemos varias esencias. Una de estas esencias es sin duda, La Awen.
Abarca tantas sendas, como artes y actividades humanas existan. Conocemos, 3 caminos druídicos donde se desarrolla esplendorosamente: Entre los bardos, los vates y los sacerdotes y en cada una de éstas áreas se manifiesta en variados brotes.
Entre los bardos encontraría su cenit en el Don de la inspiración, para componer, relatar, narrar, declamar poemas, cuentos o leyendas, para transmitir la vieja sabiduría acumulada, para tocar cualquier instrumento, para plasmar mediante la pintura o la escultura cualquier concepto o pensamiento, para discurrir por laberintos filosóficos, meditando, reflexionando y resolviendo, para investigar, aprender y transmitir con elocuencia conocimientos y todo como un servicio a la comunidad, a la par que satisfacción personal por la responsabilidad adquirida y realizada con éxito.
En los vates en el don de la intuición para acertar en la correcta apreciación de perturbaciones y desequilibrios personales que conducen a ciertas dolencias, para la cabal tutela en la sanción, para conocer las medicinas, cualidades y peculiaridades de plantas, la recolección según las épocas del año de flores, hierbas o arbustos adecuados. La intuición para elaborar remedios naturales para la sanación de dolencias fisicas e incluso espirituales. La intuición como sabiduría para aplicar el mejor método para la conservación e incluso transmisión de antiguas recetas efectivas.
Para entender y explicar los procesos climáticos, telúricos, astrológicos y astronómicos, para instintivamente comprender mediante el aprendizaje la armonía Universal y aplicar en sí mismo y en otros las enseñanzas de la Madre Naturaleza, como consecuencia del Todo Absoluto.
En la satisfacción de saberse con el don del instinto perspicaz y de la intuición que aporta Awen. Con la certeza de llegar a ser un inmejorable sanador y amigo en beneficio de la comunidad.
En los sacerdotes en el Don de la interpretación divina. El Don de la interpretación cuando se invocan los Grandes Seres. La interpretación y significado de todas las ceremonias druídicas. La interpretación de frecuencias y ondas sobrehumanas. El entendimiento y descubrimiento de donde residen las fuerzas divinas. La interpretación de las búsquedas personales como sendero hermético hacia lo divino y vínculo con el Todo Absoluto.
La interpretación de suceso tan importantes de Nuestra existencia: como la Muerte, El Otro Mundo, El nacimiento. La capacidad de entender o percibir frecuencias de otros seres de éste plano u otro.
Y en general para todos los mortales, podríamos considerarla como inspiración, como nutriente flujo activo de la Creación, que admite muchas formas, alimentando el alma humana, dando energía al cuerpo, dando conocimiento y sabiduría a nuestra mente. Se engloba así en una Tríada que tiene como agente y emisario a la triple diosa Brighid o Brigantia.
En el caso de los bardos, Brighid puede convertirse en la musa de la inspiración, en la genialidad al tocar un instrumento, en el éxtasis al cantar una canción, en el arrebato al declamar una poesía o en la chispa o talento al componer una leyenda o un sutil verso,y en la gracia e ingenio al narrar un cuento. Y cuando se es visitado con frecuencia por las ráfagas de La Awen, llega un punto en que ésta puede ser invocada a voluntad, y Brighid acude a la llamada derramando su flujo y notamos apasionadamente su presencia. Pero esta inspiración bárdica, no es un tesoro que se pueda guardar para uso exclusivo.
El fruto de ella debe ser dado a conocer, para que otros puedan considerar la calidad del mensaje, de la composición misma y a través de este criterio concedernos más aliento para mejorarlo y afinarlo.
Esta exhibición del fruto del flujo divino no es nada vanidoso, al contrario, es la ofrenda que realizamos por el Awen recibida, para deleite y goce de todos como una forma de mantener la efusión de ésta.
En una primera expedición hacia su comprensión podemos sentirla siendo conscientes de su presencia en las sensaciones físicas, mentales y espirituales que los productos de la Awen de otros, operan en nosotros:
Una pintura expresiva, una escultura explícita, unos acertados sones armónicos de cualquier instrumento o conjunto de instrumentos musicales, un entrañable libro, un poema que nos embriaga, la observación respetuosa y cuidada de la diversidad en la naturaleza, nuestra propia pareja que nos cautiva, nuestros amados hijos y un largo etc, pueden producir sentimientos, pensamientos y emociones que hacen que nuestro cuerpo, mente y espíritu lo exprese de diversas maneras: erizándonos el vello, sumiéndonos en un arrebato de pura admiración o amor, o embelesándonos el ánimo.
Aunque en cada ser el reflejo y efectos de Awen puedan ser distintos, como variados y originales somos todos nosotros. Aunque incluso pueda variar dependiendo del día o del momento e incluso de nuestro estado de ánimo o de lugar, cuando alguien la percibe y se conmueve por sensaciones así expresadas; Siente una euforia, libertad, elevación, que empuja a salir de apocados estados de ánimo en los que se pudiera estar inmerso o simplemente se le eriza el vello, se extasía de mil maneras, y entonces es seguro que entiende lo que Awen significa.
Este espíritu que fluye se representa simbólicamente como 3 rayos de luz, cuyo venerable signo sería esta representación alegórica: /I .
Diversos grupos druídicos entonan en sus rituales 3 veces o múltiplos de 3 el vocablo « Awen » para abrir el espíritu personal de cada participante al espíritu fluido de la Diosa como efusión y origen de inspiración. La alabanza o cántico adquiere una forma similar al mantra “Om” hindú, que es dilatado, resonante y de inflexión baja que emerge vibrando desde nuestro vientre. A este efecto podríamos emitir la palabra Awen de la siguiente manera onomatopéyica:
Aaaaaaaaa-ooooooooo-eeeeeeeeee-nnnnnnnnn
Percibir con cualquier sentido o incluso con todos al unísono, los subyugantes amaneceres, contemplar las salidas y puestas del sol, la conjunción en el alba del sol y la luna en cualquier amanecer estival, escuchar el murmullo del agua al correr por el cauce de un riachuelo, notar las ráfagas del céfiro montañés en nuestras caras, otear el horizonte insondable sobre la cima de una colina, contemplar las nubes y sus gráciles dibujos como diseños awénicos o percibir a un árbol centenario como un monolito viviente etc, motiva a muchos seres humanos que entienden el entorno como una proyección de emanación divina.
Otros se fascinan dentro de un claro de luna o entre el follaje de un bosque centenario, otros en parajes rodeados de nieve o en la soledad nocturna sobre arenas de cualquier playa, o en profundas cuevas con ríos subterráneos. E incluso otros paseándo bajo la liviana o tenaz lluvia estival o bajo un aguacero otoñal o tumbado entre flores observándo los cuerpos celestiales del espacio infinito.
Hay quien da fruto, brotado de su Awen, como los girasoles, observando las ardientes destellos del Sol y otros se abren a Brighid en los frías vísperas del ciclo de la Rueda Anual . Hay quien encuentra la expresión de su inspiración en los matices y colores de un arco iris, tras una tormenta o en los contoneos y juegos de cualquier animal sobre una pradera. Otros se extasían contemplando los vistosos vuelos de los halcones o en los apacibles aleteos de una gaviota.
Hay quien halla su inspiración contemplando una llama de una vela o en el fuego de una chimenea o en el dulce ronroneo de un gato. Se puede incluso encontrar el reflujo del alma en meditabundos paseos solitarios, en la protección de un circulo mágico, en las virtudes, esencias o sincera fraternidad hacia cualquier ser, sea árbol, roca, animal, humano o sobrehumano.
Percibir con cualquier sentido o incluso con todos al unísono, los subyugantes amaneceres, contemplar las salidas y puestas del sol, la conjunción en el alba del sol y la luna en cualquier amanecer estival, escuchar el murmullo del agua al correr por el cauce de un riachuelo, notar las ráfagas del céfiro montañés en nuestras caras, otear el horizonte insondable sobre la cima de una colina, contemplar las nubes y sus gráciles dibujos como diseños awénicos o percibir a un árbol centenario como un monolito viviente etc, motiva a muchos seres humanos que entienden el entorno como una proyección de emanación divina.
Otros se fascinan dentro de un claro de luna o entre el follaje de un bosque centenario, otros en parajes rodeados de nieve o en la soledad nocturna sobre arenas de cualquier playa, o en profundas cuevas con ríos subterráneos. E incluso otros paseando bajo la liviana o tenaz lluvia estival o bajo un aguacero otoñal o tumbado entre flores observando los cuerpos celestiales del espacio infinito.
Se puede incluso encontrar el reflujo del alma en meditabundos paseos solitarios, en la protección de un circulo mágico, en las virtudes, esencias o sincera fraternidad hacia cualquier ser, sea árbol, roca, animal, humano o sobrehumano. O acaso viendo en nuestra pareja todas las cualidades que nos hacen entonar una improvisada canción o poesía.
Lo certero y cierto es que cada uno puede saberlo por si mísmo en sus diversas variantes y todos hemos de reconocer y honrar esas plasmaciones de la inspiración del Don de Brighid. Semejantes acciones y contemplaciones son manifestaciones de nuestro Yo en pos del crecimiento espiritual.
Última actualización: 17/Jun/2011
Del blogs Ekiria

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