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Templo Dragón

Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Los Misterios de Eleusis y las Puertas del Otoño

DÍAS SAGRADOS: LOS MISTERIOS DE ELEUSIS Y LAS PUERTAS DEL OTOÑO
 
Hades, el tenebroso dios de los muertos, enamorado de la joven Perséfone, la raptó y se la llevó en su cuadriga fúnebre sin dejar rastro. Deméter, diosa de las hierbas, las frutas y los cereales y madre de Perséfone, emprendió su desesperada búsqueda.
 
El llanto de Deméter al no hallar a su hija, dio origen a las lluvias otoñales y su profunda pena se convirtió en rabia helada, por lo que prohibió a sus árboles que dieran fruto e impidió que creciera la hierba, de modo que el ganado no podía alimentarse: ése fue el primer invierno. Si aquello duraba mucho tiempo, la humanidad moriría, de modo que Zeus propició un acuerdo entre la madre y el raptor para que Perséfone pasara siete meses en el Tártaro con su esposo y el resto del año sobre la Tierra con su madre. Una vez sellado el pacto, la diosa instauró el cultivo del cereal y la obligación de celebrar sus Misterios.
 
Los Misterios de Eleusis se celebraban durante la semana previa a la entrada del Sol en Libra, cuando el Sol comienza a declinar. Se basaban en el mito del grano que ha de morir dentro de la Tierra para dar vida a una nueva planta con la primavera. Un símbolo del ciclo anual de Perséfone desde la oscuridad del mundo subterráneo a la luz olímpica en el eterno ciclo de muerte y renacimiento.
 
Los iniciados juraban, bajo pena de muerte, no desvelar jamás los sucesos que tenían lugar en la sala reservada para la ceremonia. El mismo día del equinoccio, tomaban una poción sagrada (muy posiblemente a base de cornezuelo del centeno) que les conducía al éxtasis y participaban en un rito revelador.
 
Por lo que sabemos a raíz de las oscuras explicaciones metafóricas con las que los participantes se referían veladamente a ellos, allí tenían visiones inefables y contradictorias, acongojantes pero también beatíficas, experimentaban la unidad del principio y el final, de la vida y la muerte, de la permanencia de la vida del ser dentro de la muerte.
 
Cicerón, que también fue iniciado en los Misterios de Eleusis, afirmaba que a partir de ese momento su vida se había iluminado y escribió: “No solo hemos encontrado ahí la razón para vivir más alegremente, sino que también podemos morir con mayor esperanza".
 
Cortesía: Adela Ferrer

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