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Templo Dragón

Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Mari, la divinidad femenina

Esta religión precristiana, aparentemente, estaba centrada en un genio o divinidad central de carácter femenino: Mari. Su consorte Maju o Sugar parece que pudo tener también cierta importancia. Se decía que cuando se reunían en las cuevas de las cumbres sagradas (según Toti Martínez de Lezea para fornicar), engendraban tormentas. Estas reuniones las celebraban los viernes por la noche, el día de los aquelarres. Los «Zezengorri» o «Behigorri» (Betizu), toros salvajes autóctonos de la zona, eran los encargados de proteger la entrada a las grutas donde habitaba la diosa y en las que además de haber mobiliario de oro corrían ríos de leche y miel.

De las diversas moradas que se le atribuyen destaca la del monte Anboto del que periódicamente partía cruzando los cielos como una luz brillante para ir a su otra morada en el monte Txindoki. Según una de las tradiciones, cada siete días La Dama de Amboto (Anbotoko Mari) viajaba desde su cueva en el monte Anboto a otra en otro monte (según cada historia, este cambia); el tiempo era húmedo cuando estaba en el monte Anboto, y seco cuando estaba en Aloña, o las cosechas son abundantes cuando está en la cueva de Supelegor (en Orozco).

La multiplicidad de Mari-s en el territorio no parece que supusiera un problema para quienes creían en ella, al igual que sucedió con las advocaciones a la Virgen María de las que en Euskal Herria, se decía que eran siete hermanas.

Mari aglutina en su ser otras entidades femeninas que involuntariamente con el paso del tiempo se han ido ocultando tras este nombre. Un rápido vistazo a la lista de localizaciones y formas de aparición de la misma denota la presencia de otras Maris.

Mari viene a significar madre, contracción de Amari (a la madre) según unos, contracción de María (madre de Dios) según otros. Cabe también que provenga de Matri dea o Cibeles, paralelismos y aras votivas no faltan para apoyar este argumento.

Además de las míticas también contamos con una Mari histórica, Mari Urraca, una princesa navarra de los siglos XI y XII a la que se le atribuye un hermano sacerdote y que otros tienen por esposa de Diego López de Haro, con lo que pasa de ser un personaje histórico a ser la legendaria Dama de Anboto.

 

Círculo de brujas

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