La palabra "BAUTIZO" proviene del latín tardío "baptizāre", y este a su vez del griego "βαπτίζειν", "baptízein"; y significa propiamente 'sumergir'. Uno de sus significados coloquiales es "poner nombre a algo".
En la OPINIÓN de esta AUTORA, el bautizo no debería ser una experiencia reservada únicamente para aquellos de persuasión Cristiana. Y de hecho, en diversas religiones, es un rito de purificación por agua.
Desde el comienzo de los tiempos, el Agua ha sido siempre fuente de limpieza y purificación, tanto en niveles físicos como en niveles metafísicos.
Si te sientes conectado con un cuerpo de agua natural, como un río tranquilo, manantial, aguas termales, lago, mar, busca la posibilidad – con cuidado y con responsabilidad – de entrar respetuosamente en sus aguas en un momento cuando puedas concentrarte en la experiencia, meditar sobre tu vida y sobre tus necesidades espirituales. Sumérgete hasta la cintura, y toma unos instantes para entrar en estado meditativo. Reflexiona sobre tu vida hasta este momento, dándote cuenta de cómo todo está en proceso de cambio constante – de muerte y renacimiento. Toma consciencia de tu cuerpo y consciencia del Agua como una gran fuerza purificadora. Dibuja espirales en la superficie del agua con las puntas de tus dedos, susurrando, una y otra vez, algo al efecto de:
Límpiame, lústrame, purifícame, renuévame
Cuando estés lista, rápidamente (y con cuidado) sumérgete a ti misma, y luego EMERGE como un alma purificada.
ESCRITO POR RAVEN DIGITALIS