Los inviernos pueden ser largos y en febrero, la primavera parece estar muy lejos. Confinado al interior de la casa por el frío y el clima poco hospitalario, podemos empezar a deprimirnos. Nos rechazamos a nosotros mismos, y descuidamos nuestro físico y nuestra casa. Es por esto que tenemos que levantar nuestro espíritu para limpiar todas las telarañas físicas y mentales, aunque lo encontremos como una tarea difícil. Para empezar, simplemente escoge un cuarto, de preferencia el cuarto en el cual pasas la mayor parte del día. Quema un poco de incienso de lavanda. Sahúma las esquinas del cuarto y a ti mismo. Abre las persianas o ventanas, y di hacia afuera:
¡Vete nieve, vete.
Ven Sol, ven!
Mantén el incienso prendido, y con tu escoba camina en deosil mientras barres el techo. Canta:
Sol y escoba, barred el cuarto.
Llenadnos con el perfume de la primavera.
Continúa limpiando del techo al suelo. Cuando el cuarto este listo, da un respiro profundo y llena tus pulmones con el limpio olor a lavanda. Imagina tu cuarto interior tan limpio como el perfume de la primavera.
Escrito por su autor, Gail Wood
Traducido por Templo Dragón
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