Este ritual se practica de noche. Coloca una vela negra frente a un espejo, en tu habitación, pero lejos de ti o al menos, no frente a tu cama.
Permanece a un lado y asegúrate de que no puedas verte reflejado en el espejo en ningún momento. Deja que se consuma durante la noche. La vela negra absorberá toda la energía negativa de la habitación y de ti mismo.
El espejo hará que esa energía se refleje en él y regrese a donde vino, es decir, la negatividad se invierte.
Por la mañana pon el resto de la vela en una bolsa y sácala a la calle. Tírala a la basura, que está en una encrucijada. Termina de limpiar el espejo con agua y sal.
M. Price