Si estás enfermo, encuentra un lugar donde la tierra esté desnuda, que no esté cubierta de cemento, plantas, hojas suelo puro y fresco.
Siéntate o túmbate en la Tierra. Mira tu herida o tu enfermedad mentalmente hundiéndose en la Tierra.
Siente el dolor y la angustia, los efectos físicos y emocionales del problema penetrando en la tierra debajo de ti.
Levántate, sacúdele el polvo y comprueba si te sientes diferente.
Si estás en cama o no puedes hacer esto por otra causa, coloca un plato o un tiesto con tierra fresca en tu habitación. La tierra desprende vibraciones curativas y su presencia ayudará a tu recuperación.
Las hierbas de María