Cada año, desde los tiempos inmemoriales, es costumbre, a principios de diciembre, que las familias realizan el rito de armar el árbol de Yule. Todos aquellos que conservan las viejas tradiciones, utilizan todo tipo de abeto, pinos silvestres o blancos, según el origen de sus antepasados. Estas costumbres se han ido modificando, pero la mayoría se remontan a las viejas tradiciones europeas.
En Brasil, es costumbre armar el árbol el 6 de diciembre, día dedicado a San Nicolás, nuestro viejo conocido Santa Claus. Ya en Europa podemos ver árboles navideños montados a partir del 25 de noviembre.
La Navidad es una fiesta cristiana que coincide con el solsticio, que comprende algunos cultos solares que provienen de ritos persas de adoración de la luz divina. Esa fecha, por ser religiosa, es tiempo de oraciones, agradecimiento y deseos que mueven muchas energías y son especiales para todo tipo de culto.
¿Por qué un pino? Lo que se sabe es que los celtas caminaban en grupos por los surcos de la tierra buscando el último pino, que generalmente era el más alto que encontraban, sabiendo que habitaba en él un gran espíritu protector, que era nada en realidad, un gnomo. Recorrían el largo camino cargados de fe y esperanza en sus deseos que, al llegar hasta el árbol sagrado, ataban pistas rojas, donde escribían sus pedidos para Yule, creyendo que el espíritu protector del árbol (gnomo) los concedería.
Los Celtas, tenían conocimiento de la sabiduría de la naturaleza, era sabia y también escuchaba, por eso ponían las pistas y las dejaban hasta que cayeran solas...
Siguiendo las enseñanzas de los celtas, es muy bueno, que cuando vayamos a armar el árbol de Yule, es necesario que cada integrante de la familia participe y escriba con lápices tres deseos en una cinta roja (sin brillo) no dejando de poner El nombre de la persona, pidiendo:
A TODOS LOS DUENDES BENÉFICOS DE LA TIERRA
Pedido :.........
La cinta debe estar atada al árbol hasta el 6 de enero, día consagrado para desarmarla. Es cuando entonces debemos realizar el siguiente ritual:
En una vasija, se colocan 7 trozos de carbón y por encima tomillo, marrubio, incienso y quemamos nuestras cintas hasta que se disuelvan por completo, con la seguridad que nuestros nobles deseos serán satisfechos.
El día que armemos el árbol, debemos dejarlo a sus pies, una canasta con 3 almendras, tres nueces y tres avellanas y una copa con miel con una avellana pelada dentro (para pedir dinero, abundancia, trabajo y prosperidad) .
En una olla de arcilla, pondremos 7 monedas doradas (de 1 centavos), cubiertas con miel, de esta manera agradeceremos a nuestros pequeños amigos, y se sentirán seguros que depositamos toda nuestra confianza en ellos. Para las amigas hadas, debemos dejar en un rincón de la casa un pastel bañado en miel y en una de las ventanas, un pequeño platito con jengibre y miel.
Con estos pequeños rituales podemos tener toda la magia de la naturaleza y la ayuda de nuestros pequeños amigos en nuestros regalos de las fiestas. Cuando se sienten cómodos en nuestra casa, trabajan incansablemente para proteger a todos los miembros de la familia que habitan en ella y no tengan duda que es lo que sucederá!
Nobrega Eusebio