Los antiguos romanos observaron este día como Feralia, que fue el último de tres importantes festivales donde se honraban a los muertos. Llevaban ofrendas a las tumbas y las distribuían para apaciguar a los espíritus. Si bien no siempre podemos llevar ofrendas a las tumbas de nuestros seres queridos, aún podemos honrar sus espíritus, comunicarnos con ellos y ofrecerles ofrendas.
Comienza creando un espacio sagrado alrededor del altar con el que trabajarás. Llama uno a uno los nombres de los fallecidos que deseas honrar. Toma sal, pan y flores, y colócalos en un cuenco de ofrendas en tu altar. La sal les impedirá demorarse demasiado tiempo, el pan nutrirá su alma, y las flores mostrarán tu aprecio por su presencia en tu vida. Invítalos a quedarse por el día dentro de ese espacio sagrado, y mantente abierto y receptivo a cualquier mensaje que puedan tener.
Escrito por su autora, Charlynn Walls
Traducido y adaptado por Templo Dragón
Publicado por Llewellyn Worldwide Ltd. ® ™ ©