Una de las tradiciones más extendidas en Mabon, por su sencillez, es el círculo sagrado de hojas secas.
Las hojas de los árboles van muriendo para luego caer, invitándonos a soltar todo aquello que ya no necesitamos en nuestra vida. Es tiempo de trabajar el desapego.
Recordemos que para renacer es necesario morir. Y que para realizar el desapego es justo hacer un buen examen de conciencia y empezar a deshacernos de todos aquellos lastres que nos pesan en el alma. Es tiempo de deshacernos de todo lo viejo e inútil en nuestras casas, en nuestras vidas, cortarnos el pelo, limpiar, regalar cosas o venderlas.
Para realizar este ritual sólo tienes que dar un paseo por un bosque, jardín o parque y recolecta hojas secas, trata de seleccionar aquellas por las que sientas atracción, ya sea por su belleza en colores o por su forma. Puedes coger frutos de arboles caídos en el suelo, como bellotas, ramitas caídas, trozos de cortezas o raíces .
Reserva algunas hojas , las que más te gusten ,para hacer las peticiones. Debes tener a mano una manzana o cualquier otra fruta de temporada con pepitas .En el mismo parque o ya en tu casa, puedes comenzar el ritual.
Caminando en el sentido de las agujas del reloj, sentido horario, deja caer las hojas al suelo formando un círculo (puedes intercalar manzanas y ramas secas). Siéntate en el centro del círculo y mientras te comes la fruta con calma, cierra los ojos y medita acerca de el cierre de ciclos, de etapas de tu vida que han llegado al final. Los cambios son necesarios en tu vida, reconoce que muchas veces son dolorosos y tristes, pero imprescindibles para un posterior renacimiento.
Piensa seriamente que nuestra existencia es heredera de todo aquello que hemos sembrado.
Nos pertenecen los frutos de nuestras buenas acciones y los de las malas.
Coge una de las hojas secas reservadas y escribe una petición a la Diosa de la prosperidad para que no falte la comida en tu hogar a lo largo del duro invierno (puedes pedir por todos los tuyos, una petición en cada hoja o animar a los pequeños de la casa que escriban sus propios deseos)
Al terminar coge una o dos semillas de la fruta que te has comido junto con las hojas de los deseos y , a lo largo de la semana que viene, entiérralas en un parque o en un bosque cercano. Esta será tu ofrenda a los Dioses y los espíritus de la naturaleza.
Meigas