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Templo Disidente de la Tradición Nativista Correlliana, de la Religión Wicca; en el Mundo Entero

Dioniso el dios del vino

Dionisio Conocido como el dios tracio del vino, representando no sólo la embriaguez sino también sus influencias sociales y beneficiosas como el dios de la prosperidad y la abundancia . Es considerado promotor de la civilización, legislador y amante de la paz, así como dios protector de la agricultura y el teatro.
 
Dionisos ha sido muy importante y popular dentro de la Mitología Griega , como inspirador de la locura ritual y del éxtasis. Dionisio, también conocido como Baco, es uno de atributos de la alegría y festividad, pero por otro lado podría ser terrible en sus tiempos. Por su condición de nacimiento y desprecio por parte de algunos otros dioses, le costó ser aceptado en algunas regiones de Grecia. Hasta que Hestia (diosa de la cocina, la arquitectura, el hogar y del fuego) le cedió su sitio en el Olimpo.
 
El nacimiento de Dionisio es muy particular. Como todos sabemos, Zeus el dios supremo del Monte Olimpo, es tan poderoso como infiel. Consta de Zeus dios supremo que se encaprichó de Semele (humana, madre de Dionisos). Bajó a la tierra disfrazado de humano, pero ella lo rechazó. Entonces él le dijo quién era realmente . A partir de ese momento fue ella quien accedió a ofrecerle sus encantos. Zeus se prestó a concederle cualquier deseo. Hera, la esposa de Zeus era muy celosa, elaboró un plan para deshacerse de Semele. Le dijo que el hombre que la pretendía no era Zeus, y Semele, recelosa, obligó a Zeus que se manifestara ante ella en su máximo esplendor. Así lo hizo Zeus, y al contemplar todo su poder, cayó asombrada y muere. Se cuenta entonces, que Zeus tomo al hijo que aún no había nacido y lo llevó en el muslo hasta su nacimiento. Luego lo dejó con las musas . Con el tiempo Dionisio bajó al Hades y rescató a su madre Semele.
 
Hay otras versiones sobre el nacimiento y los primeros años de Dionisio, que aseguran que el muchacho era hijo de Deméter o de Perséfone. Lo cual indicaría su papel en ciertos misterios y ritos religiosos para iniciados. En este caso, Zeus debería haber tomado la forma de una serpiente. Después de la muerte de Dionisio a manos de los titanes según las órdenes de Hera, Zeus le dio su corazón a Semele para que se lo comiese, tras lo cual nació de nuevo y empezó la historia de Zeus y la joven mencionada anteriormente.
 
Durante su infancia, Zeus tomó al infante Dioniso y lo puso a cargo de Hermes. Dioniso fue puesto bajo la tutela de las ninfas, que le criaron en su infancia y niñez. Otra versión es que Zeus lo dio a Perséfone para que lo criase en el Inframundo, lejos de Hera.
 
Los griegos fueron los creadores de la tragedia. En un principio, le confirieron un profundo sentido religioso, ya que la obra trágica nació como representación del sacrificio de Dionisio (Baco) y formaba parte del culto público. Para los antiguos griegos, Dionisio era la divinidad protectora de la vida y símbolo del placer, el dolor y la resurrección. Durante la época de la vendimia en su honor se cantaban a coro distintos himnos llamados ditirambos.
 
Hubo grandes fiestas en su honor, como las orgiásticas Bacanales, y su representación estuvo generalmente basada en la herencia del escultor Praxíteles, otorgándosele un aspecto juvenil, mancebo y bello, rodeado por un cortejo de bacantes, silenos y sátiros.
 
De acuerdo con la tradición, Dionisio moría cada invierno y renacía en la primavera. Para sus adeptos, este renacimiento cíclico, acompañado de la renovación estacional de los frutos de la tierra, encarnaba la promesa de la resurrección de los muertos. Los ritos anuales en honor de la resurrección de Dioniso evolucionaron gradualmente hacia la forma estructurada del drama griego, y se celebraron importantes festivales en honor del dios, durante los cuales se realizaban grandes competiciones dramáticas. Para esta celebración los grandes dramaturgos griegos Esquilo, Sófocles y Eurípides escribieron sus magníficas tragedias
 
Las ofrendas del público consistían generalmente en un macho cabrío, que era consagrado a Dionisio. Etimológicamente, la palabra "tragedia" tiene mucho que ver con este ritual. El nombre deriva de "trago día" (del griego "tragos", que significa macho cabrío y de "oda", que significa canto).
 
Así, el culto a Dionisio dio origen a un género literario que se lee y se representa no sólo en su formato original, sino que se ha ido modernizando hasta llegar a ser lo que es hoy día con las tragedias de los autores contemporáneos.
 
En la mitología romana, Dionisio es Baco; y al igual que el dios griego, este dios era la divinidad del vino, de la diversión y el frenesí. Aunque no jugó ningún papel importante en la religión romana, fue adorado por toda la actual Italia. Se celebraron numerosos festivales venerando a Baco como el de las Dionisias Mayores o la Liberalia, en las que se daba rienda suelta al desenfreno.
 
Se cree que una vez que Dionisio creció conoció la cultura del vino y la manera de extraer su jugo, aunque, nuevamente, la celosa Hera intervendría para volverlo loco y obligarlo a vagar por el mundo; más tarde, la diosa Rea lo habría curado de sus excesos y le enseño los ritos religiosos y a partir de ese momento comenzó su peregrinar enseñándole a la gente a cultivar el vino.
 
Entonces, ¿cómo era este dios? Por su origen divino, se ha representado a Baco con rasgos de gran hermosura. Lo vistes como joven rubio, con cabellos largos y enrulados, sobre los cuales esplende una corona de pámpanos y de hiedra. Sus ojos son negros y siempre brillantes, como conviene a quien no envejece jamás. En sus manos hay racimos de uvas, o bien una copa o un tirso
 
Como hombre joven, Dionisio era excepcionalmente atractivo. Una vez, disfrazado como un mortal sentado junto a la orilla del mar, fue visto por unos pocos marineros, que creyeron que era un príncipe. Intentaron secuestrarle y llevarle lejos para venderlo como esclavo o pedir un rescate. Probaron a atarle con cuerdas, pero ninguna podía sujetarlo. Dioniso se convirtió en un fiero león y soltó un oso a bordo, matando a todos los que entraron en contacto con él. Los que saltaron por la borda fueron transformados compasivamente en delfines. El único superviviente fue Acetes, el timonel/marinero, que reconoció al dios e intentó detener a sus marineros desde el principio.
Entre otros mitos y leyendas de Dioniso. Se dice que Eurípides escribió un cuento sobre la naturaleza destructiva de Dioniso. En la obra, Dioniso vuelve a su lugar de nacimiento, Tebas, gobernado por su primo, Penteo. Este por negar su divinidad y por tanto no adorarle fue vuelto loco lentamente y atraído a los bosques del monte Citerón para ver a las Ménades, las adoradoras de Dioniso que a menudo experimentaban el éxtasis divino. Cuando las mujeres vieron a Penteo, lo descuartizaron. Brutalmente, su cabeza fue cortada por su madre Ágave cuando suplicaba por su vida.
 
Para concluir, Dionisio no es un dios solitario. Al contrario, resulta altamente sociable y festivo. Siempre está rodeado de un séquito de hombres y mujeres que lo adoraban. Tanto así, que es elegido como el símbolo patrón de la agricultura y del teatro. Verdaderamente fue muy interesante estudiar este dios griego ya que apenas conocía de su rol e importancia dentro de la Mitología Griega. Lo más que pude apreciar de este dios, fue su determinación a lograr ser aceptado en el Olimpo y sentarse al lado de los demás dioses.
 
Dios de la vegetación, las flores y, sobre todo, del vino. Es el dios de la fiesta y la locura, de la exaltación y el desorden. Infunde a sus seguidores una locura que les proporciona una fuerza extraordinaria. Según su culto, muere todos los inviernos y nace en primavera. Se considera dios de aliado de mujeres y esclavos.
A pesar de sus limitaciones al nacer y ser considerado como un semi-dios más burlado y odiado por Hera, Dionisio nunca se rindió o renuncio a lo que era. Dio la cara buena y prolifero lo que conocía y amaba, que era el vino. Debemos tomar esto de moral, no importa nuestro pasado, siempre tenemos un por delante bueno que luchar. Y no necesitamos la aprobación de todas las personas que nos rodean, siempre que lo que hagamos sea para un bien y nos haga felices, no tenemos por qué preocuparnos de lo peor.
 
 
Casa de las Brujas

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